miércoles, 14 de enero de 2015

La amígdala y la tendencia psicópata

En biopsicología cuando hablamos de que una estructura nerviosa está implicada en una o varias conductas determinadas, percepción, memoria, respuesta, etc., nos referimos a que esa estructura juega un papel importante en determinada acción, nunca viene a significar que esa es la única parte implicada en la conducta.

La amígdala:


Cuando nombramos las emociones, la zona más destacada sería la amígdala. Corresponde a una parte del sistema límbico que se encuentra en la parte interior de los lóbulos temporales, y que se encuentra mucho más desarrollada en los humanos que en nuestros parientes evolutivos más cercanos. Esta región cerebral permite que nuestra variabilidad de emociones sea mayor que la del resto de animales.
De todas las estructuras subcorticales, la amígdala es la que se ha relacionado de un modo más consistente con la emoción, tanto en animales como en humanos (LeDoux, 1993). La identificación de la amígdala como una región relacionada con la emoción se inicia a partir de los trabajos, ya clásicos, realizados en monos. Algunos estudios mostraron que tras la extirpación bilateral del lóbulo temporal anterior en monos provocaba reacciones de ira, miedo, hipersexualidad, cambios en los hábitos alimenticios, etc. Weiskrantz (1956) algunos años después atribuyó estos cambios a la lesión de la amígdala.
Las recientes investigaciones demuestran que la amígdala está implicada y es de gran importancia en las conductas que se aplican a la supervivencia, y una de las más importantes son las emociones. Le llegan muchas señales nerviosas a la amígdala que se obtienen de receptores olfativos, de la neocorteza sensitiva, de áreas visuales y auditivas, etc.
De la amígdala también salen impulsos nerviosos que se dirigen a zonas de la neocorteza, hipocampo, tálamo, hipotálamo y otras regiones del cerebro que guardan relación estrecha con las emociones, algunas de ellas son las expresiones faciales de miedo, secreción de hormonas, aumento de frecuencia cardíaca, aumento de frecuencia respiratoria, etc. Estas conexiones la convierten en una pieza fundamental en el control de los pensamientos y de medio. Este control tiene como función principal crear una conducta adecuada a los sucesos que ocurren a nuestro alrededor. La amígdala es considerada como controlador de gran parte de información sensorial relacionada con situaciones alarmantes o de peligro. Se ha llegado a decir que es es “una especie de ventana a través de la cual el sistema límbico, aprecia el lugar de la persona en el mundo” (Guyton, 1989).

Haz clic aquí si deseas saber más sobre la amígdala y su relación con las emociones.


La  psicopatía:




La universidad de Wisconsin-madison descubrió que el cerebro de los psicópatas es diferente al del resto de la población. Estamos hablando de un trastorno de personalidad que tiene gran influencia genética. Este trastorno afecta a un 1% de la población mundial. Las características que lo definen son una carencia de empatía y conciencia. Las personas psicópatas no tienen remordimientos ni consideración de que sus acciones causen daños a otros. Son egoístas y egocéntricos de modo general, no pueden interesarse nada más que por si mismos. Son impulsivos, tienen problemas para controlarse y muestran comportamientos compulsivos. Su naturaleza y la falta de empatía les lleva a veces a comportarse de una manera socialmente rechazada, como podría ser torturar, forzar, mentir, manipular, dañar e incluso matar para obtener un fin deseado. Pero no todos los psicópatas siguen este camino, ellos conocen bien cuáles son las normas sociales y lo que está mal visto. Es por ello que tiene gran influencia en su desarrollo como personas el ambiente y la educación que hayan obtenido.
A pesar de ser un porcentaje bastante pequeño el de personas psicópatas frente a personas que no lo son, si hablamos de delincuentes un 15% de los encarcelados y un 50% de los violadores en serie padecen este trastorno. Este elevado porcentaje podría deberse a que los psicópatas tienen una mayor impulsividad, mayor tendencias agresivas y a la delincuencia. Sus comportamientos van ligados al deseo de una meta, se comportarán de forma agresiva y con sentimientos de ira cuando algo o alguien le impidan el fin que desean.


Investigaciones:
Las investigaciones en la universidad de Wisconsin estudiaron las variaciones de las imágenes de cerebros de presos mediante resonancia magnética funcional (fMRI)   y difusión de imagen de tensor (DTI). El estudio mostró como las conexiones entre la corteza prefrontal ventromedial (CPFVM), que se encarga de los sentimientos de culpa y empatía, y la amígdala, que se relaciona con la ansiedad y el miedo, se veían reducidas en los psicópatas frente a las del resto de presos. Los cambios en las estructuras del cerebro se confirmaron mediante los dos tipos mencionados de imágenes cerebrales. Con la fMRI se demostró menor actividad coordinada de la corteza prefrontal del cerebro, mientras que con la DTI se mostró reducida las estructuras de las fibras de materia blanca, encargadas de conectar la amígdala con la corteza prefrontal ventromedial.

Newman uno de los científicas encargados de dicha investigación comenta:

“La combinación de alteraciones estructurales y funcionales  en el cerebro de los psicópatas, nos da una evidencia convincente de que esta disfunción observada  entre la amígdala y el CPVM, es una característica estable en el cerebro de los psicópatas. Confío en que nuestro trabajo de colaboración arrojará más luz sobre el origen de esta disfunción y las estrategias para tratar el problema.”

A continuación se puede ver un documental en el que Richard Kuklinski, conocido como el hombre de hielo, muestra sus confesiones sobre más de 200 asesinatos. Podemos comprobar cómo se sienten estos acontecimientos desde la mente de un psicópata:





Realizado por: Isabel R.M.


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