lunes, 19 de enero de 2015

Hipertimesia o hipermnesia


La mayoría de nosotros fijamos en nuestra memoria tan solo aquellos acontecimientos que suponen un hito en nuestra vida, e incluso esos mismos, a menudo los recordamos a retazados.
Las personas que padecen este síndrome recuerdan cada evento de su día a día, sobre todo lo que le afecta directamente, con todo lujo de detalles. De primera instancia, muchas personas desearían gozar de una memoria de tal exactitud. Da mucha rabia cuando olvidamos pequeños detalles, como puede ser donde dejamos las llaves, que cenamos el otro día, qué ropa nos pusimos la semana pasada, donde hemos dejado aparcado el coche, etc. Ahora imaginemos recordar hasta el más mínimo detalle de todo lo que vemos, oímos o sentimos. El don de recordar fechas concretas de su vida, a pesar de que sucedieran treinta años antes de la actualidad. Hasta ahora se han censado menos de diez personas dotadas de esta prodigiosa memoria autobiográfica, que corresponde a un síndrome llamado hipermnesia.

El término Hipermnesia procede del griego y significa "exceso de recuerdo" (Hiper: exceso; Mnesia: recuerdo). Los afectados son capaces de recordar cualquier detalle, por insignificante que sea, desde cualquier día en concreto, hasta el recuerdo de la vivencia que guarda una foto de pequeños.
¿Pero es realmente tan apetecible a simple vista como lo podría ser en profundidad? Los sujetos diagnosticados de hipermnesia reconocen que es muy difícil vivir con este "don". El hecho de recordar todo lo vivido puede atormentar a estas personas, puesto que del mismo modo que recuerdan todos los acontecimientos positivos vividos, son incapaces de eliminar una mala experiencia de sus memorias prodigiosas. Ésto les puede suponer un problema en sus relaciones personales, laborales, etc., en su vida e general. Todos tenemos algún suceso en nuestras vidas que desearíamos borrar, incluso teniendo un recuerdo difuso de él. La memoria humana fascinantemente nos permite recordar unos acontecimientos o emociones y otras no. Esto nos permite pasar página, y olvidar un suceso tormentoso para nosotros. Estas personas en cambio no pueden hacer tal cosa.
Y ahora, ¿Cambiarías tu memoria selectiva por una memoria prodigiosa?

Jill Price nos comenta como es su vida con hipertimesia. ¿Te cambiarías por ella? 

 



Realizado por: Isabel R.M.



domingo, 18 de enero de 2015

La enfermedad del Parkinson

La enfermedad del Parkinson se produce por una destrucción de células en el cerebro, especialemente unas localizadas en el tronco cerebral llamada Sustancia Negra. Estas células son las encargadas de generar una sustancia llamada Dopamina, que se encarga de controlar el movimiento del cuerpo.
Existen medicamentos para otras enfermedades que pueden provocar problemas parecidos a los del Parkinson, por lo que si una persona enferma de Parkinson las toma puede enfermar aún más.
La enfermedad de Parkinson es más frecuente en las personas mayores de 60 años, y aunque no es lo habitual, también puede darse en los jóvenes, ya que cualquier persona puede padecer esta enfermedad.
Es una enfermedad neurológica crónica, que se mantiene toda la vida y que va progresando con el tiempo.



Los síntomas habituales del Parkinson son:

- Temblor que aparece durante el reposo: es un movimiento involuntario que no se puede controlar, algunas personas han desarrollado estrategias para disimularlo, por ejemplo, en una entrevista de trabajo, si deja las manos a los lados, el temblor se hace más notorio, pero si por el contrario, mueve las manos mientras habla, este de disimula, sin ser percibido por lo demás.
El temblor de los enfermos de Parkinson desaparece al dormir y se nota aun más con las emociones. A veces caemos en el error de confundir un temblor en las extremidades con esta enfermedad, pero no siempre es correcto, muchas veces corresponde a lo que se conoce como temblor del adulto  mayor, en que el temblor aparece al mantener una posición pero no se acompaña en la lentitud de los movimientos.

- Rigidez: Consiste en una mayor contractura de los músculos.

- Problemas de equilibrio: La persona se siente más inestable y puede caer con mayor facilidad.

Estos son los síntomas generales por los que nos regimos a la hora de reconocer esta enfermedad, aunque no son los únicos.

En este vídeo un enfermo de Parkinson explica cómo afronta su enfermedad.

Para más información sobre esta enfermedad puede visitar este enlace



Realizado por: Ana S.P





El Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad progresiva que destruye las células del cerebro, es la causa más frecuente de la demencia. Las personas que padecen esta enfermedad van perdiendo lentamente la memoria, así como la capacidad de aprender y controlar sus funciones.

Las áreas del cerebro afectadas por esta enfermedad son:



Esta enfermedad empieza con pérdidas leves de memoria, hasta que se convierte en una pérdida profunda de la memoria y la función. La enfermedad del Alzheimer se divide en tres fases:

Inicial: En esta fase la persona todavía puede controlar sus funciones de manera independiente, aunque se van notando las pérdidas de memoria y el conocimiento.

Intermedia: En esta fase la persona se va volviendo más dependiente de los demás para necesidades básicas y empiezan los cambios de personalidad, además de la pérdida mental.

Grave: La persona se vuelve completamente dependiente de otras personas para recibir atención y se produce la pérdida de personalidad.

Los síntomas de esta enfermedad más destacables entre otros son:

- Aumento de problemas para recordar, como por ejemplo cómo llegar a lugares conocidos, nombres de familiares y amigos, cómo realizar tareas habituales como cocinar, bañarse…

- Dificultad para concentrarse en tareas

- Cambios en el estado de ánimo

- Cambios de la personalidad

- Pérdida de la capacidad para realizar movimientos intencionales

Este vídeo nos explica cómo identificar los primeros síntomas de Alzheimer.

Para más información puede visitar este sitio.




Realizado por: Ana S.P

¿Son tan diferentes los hemisferios cerebrales?

Popularmente se cree que las personas más creativas y pasionales usan más el hemisferio derecho, mientras que las personas analíticas y prácticas usan más el izquierdo. Pero, ¿es verdad eso? 
Se podría decir que no. 
Es cierto que los dos hemisferios actúan de forma diferente ante un estímulo y procesan de forma diferente, pero también es cierto que en un cerebro sano, el cuerpo calloso actúa de puente para transmitir información de uno al otro, por lo que, a fin de cuentas, nunca trabajan solos.
Para más información, echad un vistazo a este artículo.

Realizado por: Eva R.P.

Enfermedades neurodegenerativas. Corea de Hungtinton

Como se explicó anteriormente, muchas conductas comportamentales se deben a cambios neurológicos. Lamentablemente, esto no simpre se ha sabido, y se ha llegado a acusar de brujería a personas que mostraban conductas extrañas a causa de enfermedades neurodegenerativas.
Esto se ha llegado a dar, concretamente, con la enfermedad de la que hablaremos hoy, la "Corea de Hungtinton".

Esta enfermedad fue descrita como tal en 1872 por un médico norteamericano, George Huntington. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa hereditaria que se da principalmente en adultos, y de forma progresiva. Se caracteriza por los movimientos involuntarios e incontrolados de los que la padecen, discapacidad cognoscitiva y alteraciones de la personalidad, tendiendo a la depresión. 

La enfermedad tiene lugar debido a la mutación del gen de la huntigina (Htt) que hace que se aumente la producción de tripletes CAG, dándole al corte cerebral el aspecto que se puede ver en esta comparación:

Esta degeneración afecta principalmente a las células de los ganglios basales. La degeneración del núcleo caudado y el globo pálido alteran las funciones motoras, mientras que la de la corteza cerebral afecta al pensamiento, la memoria y la percepción. Lo que causa la demencia es la degeneración del estriado, la corea y el cortex cerebral.

Hoy por hoy, no existe cura para la Corea de Huntington, solo tratamientos para reducir la progresión inevitable de esta enfermedad. 

Para más información sobre la Corea de Huntington, no duden en visitar este enlace

miércoles, 14 de enero de 2015

La amígdala y la tendencia psicópata

En biopsicología cuando hablamos de que una estructura nerviosa está implicada en una o varias conductas determinadas, percepción, memoria, respuesta, etc., nos referimos a que esa estructura juega un papel importante en determinada acción, nunca viene a significar que esa es la única parte implicada en la conducta.

La amígdala:


Cuando nombramos las emociones, la zona más destacada sería la amígdala. Corresponde a una parte del sistema límbico que se encuentra en la parte interior de los lóbulos temporales, y que se encuentra mucho más desarrollada en los humanos que en nuestros parientes evolutivos más cercanos. Esta región cerebral permite que nuestra variabilidad de emociones sea mayor que la del resto de animales.
De todas las estructuras subcorticales, la amígdala es la que se ha relacionado de un modo más consistente con la emoción, tanto en animales como en humanos (LeDoux, 1993). La identificación de la amígdala como una región relacionada con la emoción se inicia a partir de los trabajos, ya clásicos, realizados en monos. Algunos estudios mostraron que tras la extirpación bilateral del lóbulo temporal anterior en monos provocaba reacciones de ira, miedo, hipersexualidad, cambios en los hábitos alimenticios, etc. Weiskrantz (1956) algunos años después atribuyó estos cambios a la lesión de la amígdala.
Las recientes investigaciones demuestran que la amígdala está implicada y es de gran importancia en las conductas que se aplican a la supervivencia, y una de las más importantes son las emociones. Le llegan muchas señales nerviosas a la amígdala que se obtienen de receptores olfativos, de la neocorteza sensitiva, de áreas visuales y auditivas, etc.
De la amígdala también salen impulsos nerviosos que se dirigen a zonas de la neocorteza, hipocampo, tálamo, hipotálamo y otras regiones del cerebro que guardan relación estrecha con las emociones, algunas de ellas son las expresiones faciales de miedo, secreción de hormonas, aumento de frecuencia cardíaca, aumento de frecuencia respiratoria, etc. Estas conexiones la convierten en una pieza fundamental en el control de los pensamientos y de medio. Este control tiene como función principal crear una conducta adecuada a los sucesos que ocurren a nuestro alrededor. La amígdala es considerada como controlador de gran parte de información sensorial relacionada con situaciones alarmantes o de peligro. Se ha llegado a decir que es es “una especie de ventana a través de la cual el sistema límbico, aprecia el lugar de la persona en el mundo” (Guyton, 1989).

Haz clic aquí si deseas saber más sobre la amígdala y su relación con las emociones.


La  psicopatía:




La universidad de Wisconsin-madison descubrió que el cerebro de los psicópatas es diferente al del resto de la población. Estamos hablando de un trastorno de personalidad que tiene gran influencia genética. Este trastorno afecta a un 1% de la población mundial. Las características que lo definen son una carencia de empatía y conciencia. Las personas psicópatas no tienen remordimientos ni consideración de que sus acciones causen daños a otros. Son egoístas y egocéntricos de modo general, no pueden interesarse nada más que por si mismos. Son impulsivos, tienen problemas para controlarse y muestran comportamientos compulsivos. Su naturaleza y la falta de empatía les lleva a veces a comportarse de una manera socialmente rechazada, como podría ser torturar, forzar, mentir, manipular, dañar e incluso matar para obtener un fin deseado. Pero no todos los psicópatas siguen este camino, ellos conocen bien cuáles son las normas sociales y lo que está mal visto. Es por ello que tiene gran influencia en su desarrollo como personas el ambiente y la educación que hayan obtenido.
A pesar de ser un porcentaje bastante pequeño el de personas psicópatas frente a personas que no lo son, si hablamos de delincuentes un 15% de los encarcelados y un 50% de los violadores en serie padecen este trastorno. Este elevado porcentaje podría deberse a que los psicópatas tienen una mayor impulsividad, mayor tendencias agresivas y a la delincuencia. Sus comportamientos van ligados al deseo de una meta, se comportarán de forma agresiva y con sentimientos de ira cuando algo o alguien le impidan el fin que desean.


Investigaciones:
Las investigaciones en la universidad de Wisconsin estudiaron las variaciones de las imágenes de cerebros de presos mediante resonancia magnética funcional (fMRI)   y difusión de imagen de tensor (DTI). El estudio mostró como las conexiones entre la corteza prefrontal ventromedial (CPFVM), que se encarga de los sentimientos de culpa y empatía, y la amígdala, que se relaciona con la ansiedad y el miedo, se veían reducidas en los psicópatas frente a las del resto de presos. Los cambios en las estructuras del cerebro se confirmaron mediante los dos tipos mencionados de imágenes cerebrales. Con la fMRI se demostró menor actividad coordinada de la corteza prefrontal del cerebro, mientras que con la DTI se mostró reducida las estructuras de las fibras de materia blanca, encargadas de conectar la amígdala con la corteza prefrontal ventromedial.

Newman uno de los científicas encargados de dicha investigación comenta:

“La combinación de alteraciones estructurales y funcionales  en el cerebro de los psicópatas, nos da una evidencia convincente de que esta disfunción observada  entre la amígdala y el CPVM, es una característica estable en el cerebro de los psicópatas. Confío en que nuestro trabajo de colaboración arrojará más luz sobre el origen de esta disfunción y las estrategias para tratar el problema.”

A continuación se puede ver un documental en el que Richard Kuklinski, conocido como el hombre de hielo, muestra sus confesiones sobre más de 200 asesinatos. Podemos comprobar cómo se sienten estos acontecimientos desde la mente de un psicópata:





Realizado por: Isabel R.M.


Sistema visual

SISTEMA VISUAL:

El ojo es un órgano parcialmente visible del sistema visual. Es el responsable de la captación de energía luminosa. Tiene a su disposición otros órganos anexos que se encargan de proteger o fijar la dirección de la mirada y provocan el enfoque adecuado.


Figura 1: Globo ocular humano.


El globo ocular tiene forma esférica, ligeramente ovalada (diámetro anterior-posterior entre 25 y 26 mm y diámetro transverso de 23 mm aproximadamente). Se encuentra en la cavidad orbitaria y ocupa la mitad anterior de ésta. Lo forman tres capas o envolturas diferentes y que contienen los medios diópticos o transparentes del ojo. Esas capas se corresponden con la capa más externa o esclerótica, la capa intermedia, más conocida como coroides, y por último la capa interna, constituida por la retina.
      La capa esclerótica (skleros = duro, del griego). Tiene naturaleza fibrosa y dura. En los laterales y parte posterior es blanca y opaca. Su parte anterior recibe el nombre de córnea y es transparente.
      La capa coroides tiene un color oscuro y se encuentra yuxtapuesta a la esclerótica. La función principal que cumple es proporcionar oxígeno y sustancias nutritivas a la retina. Posee una membrana también denominada coroides. A partir de la membrana coroides se extiendes los músculos ciliares, que controlan la curvatura del cristalino, la acomodación de esta lente y el enfoque correcto.
Entre el cristalino y la córnea, delante del cuerpo ciliar, se encuentra el iris. El iris está compuesto por una capa de pigmentos que denotan su color peculiar. La ausencia de estos pigmentos provocan el color azulado del iris. Estos pigmentos se encargan de proteger el ojo de los excesos de luz, excepto por la abertura circular central (pupila) cuyo tamaño lo controlan dos músculos de fibra lisa, el esfínter y el dilatador de la pupila. Los cuales controlan la entrada de luz mediante la dilatación o midriasis y la contracción o miosis. La pupila tiene un diámetro medio de 3 a 4 milímetros, pero puede llegar hasta los 9 milímetros cuando la dilatación es máxima.
   Por último la capa interna del ojo, constituida por la retina. Se extiende desde los músculos ciliares hacia la parte posterior del ojo. Contiene células fotorreceptoras y estructuras nerviosas asociadas.



Cada ojo humano abarca un ángulo de 150º, que solapados hace que el ángulo que podemos abarcar sea ligeramente superior a los 164º. Gracias a los movimientos que podemos producir por las diferentes posiciones de la cabeza y el cuello llegamos a obtener una infinita captación de imágenes del entorno (muestreo del orden óptico).
El ojo humano se mantiene en su posición mediante un equilibrio entre tres pares de músculos antagónicos. El muestreo óptico se lleva a cabo mediante tres tipos de movimientos oculares. Por un lado tenemos los sacádicos, para fijar un objeto con la visión foveal, este tipo de movimiento va dando saltos rápidos e intermitentes en la posición del ojo. Los ojos se mantienen sobre el estímulo durante unos veinticinco a cuarenta milisegundos y con una sacudida brusca del ojo le sigue otra nueva fijación ocular. En esta fase los ojos no extraen información del estímulo. Una vez que el objetivo es fijado, se mantiene la visión foveal con los movimientos de seguimiento, tanto si se mueve el objeto como si lo hace el observador. Si es la distancia del objeto con el observador lo que cambia son los movimientos de convergencia los que mantienen fijado el objetivo. A medida que el objeto se va acercando al sujeto los movimientos de convergencia (suaves y continuos) cambian las direcciones de la mirada hacia la nariz. Si el objeto se encuentra a unos pocos centímetros de la cara es imposible una mayor convergencia y tiene lugar una “doble visión”.
Como conclusión cabe destacar que el ojo humano muestrea un campo periférico relativamente grande con una agudeza baja, y un segmento bastante más pequeño (campo central o foveal) con agudeza alta. Los movimientos oculares cambian constantemente el campo central para lograr una agudeza alta y así lograr un amplio ángulo de visión aguda.

Figura 2: El ojo como una cámara fotográfica.


El cristalino se encarga de enfocar la imagen, que se impresiona nítidamente pero de forma invertida, sobre la retina. La retina por su parte envía impulsos al cerebro, el cual se encarga de identificar e interpretar los objetos observados. La retina es la única capa del ojo que dispone de receptores nerviosos capaces de captar la luz y enviarle impulsos nerviosos a la corteza cerebral.

La percepción visual de los objetos no es asunto sencillo. Ambos ojos están separados por una distancia de seis centímetros el uno del otro. Cada uno de ellos posee su propio “punto de vista”. El cerebro se encarga de combinar la imagen recibida por el sistema visual formando una sola imagen en tres dimensiones. Gracias a esta imagen visual es posible detectar relieve o calcular la distancia de los objetos.

En este enlace podrá obtener más información sobre en funcionamiento del sistema visual y algunas enfermedades: 







Realizado por: Isabel R.M.